x@fotoprix.com

Empecé a trabajar en Fotoprix el 17 de enero del 2011. Debía superar un periodo de prueba de 4 meses: lo hice, y me gané un contrato indefinido, con una retribución anual muy en la media de los salarios del estado español. Cada día debía estar a las 9:30 en la sede jurídica de la empresa: Carrer de Pallars 135, en el Poblenou, Barcelona.

No os voy a engañar: mi trabajo dignifica las condiciones objetivas de quien accede al resultado de él. Vamos, que si limpio el retrete de la casa en la que vivo, mi trabajo dignifica la salubridad de quien lo usa. En el trabajo asalariado, el trabajo dignifica la cuenta corriente del jefe. En un sentido absoluto, no nos gusta necesitar trabajar. Más allá de esta soflama marciana-y-lafarguista [1] al 50%, me gustaba el trabajo que hacía en Fotoprix.

Entré en un perfil de técnico de campo en la sub-secta de sistemas del departamento de informática. Mi cometido, como puedes inferir por el perfil, era hacer un poco de todo. La lista de tareas empezaba por convertirme en el entrañable help-desk de un universo de 70 ordenadores, en el gestor de 20 impresoras, en montador de kioscos de TPV para la red de tiendas, en el administrador técnico de los circuitos de CCTV, en el encargado de las compras del departamento y distribuidor oficial de tóners para las impresoras de financiación, en el microinformático, en la jerga del ramo, y en el enlace entre la sub-secta de sistemas y el resto de la plantilla. Pero siempre hay un roto para un descosido, y me he encargado de la gestión del equipo de sonido del pica-pica de las fiestas navideñas, también he sido electricista de fortuna -con ídem, por suerte-, asesor contra virus de portátiles personales, o lo que venga.

Fotoprix es una empresa familiar, en un sentido estricto. Es propiedad de un señor que montó una tienda de fotografía en 1981. A día de hoy posee uno de los laboratorios industriales más grandes de Europa, y la ya citada red de tiendas de venta al detalle -retail en la jerga del ramo-. Fotoprix tiene una plantilla total de más de 500 personas que ’colaboran’ en la empresa. Nosotros somos asalariados, pero la empresa nos ve como personas receptoras de un favor.

Fotoprix es una empresa discrecional. Lo que hoy es blanco, mañana puede ser negro. Aún siendo gris al tercer día, nunca jamás en Fotoprix se reconocerá que hubo un día que fue blanco, y negro al día siguiente. En Fotoprix hay miedo. Hay miedo a la discrecionalidad, pero sobretodo hay miedo al despido.

En 2 años he conocido a más de 10 personas que han dejado de trabajar en Fotoprix de un día para el otro. Sin despedirse, sin explicaciones. Normalmente son despidos disciplinarios inventados, solventados con una indemnización por despido improcedente.

Como toda la plantilla, yo también tuve miedo. Miedo a tener que buscar otro trabajo en tiempos de crisis, miedo a la tristeza de un futuro incierto. Tuve miedo hasta el día en el que me sentí arropado por los compañeros de la Coordinadora de Informatica de la CGT, alias "la coordi".

Mi primer contacto con la coordi se remonta a sus inicios. Un día de 2008 echaron a david. Trabajaba en Integranova, una empresa discrecional en la que hacer elecciones sindicales no entraba en su plan de negocio. Integranova perdió. Ese conflicto laboral acabó poniendo en contacto a los trabajadores del ramo informático, que fraguaron la coordi. En todo, y desde la distancia, participé de una manera indirecta: hice difusión del caso, [2] y colaboré para que Kernel Panic (el primer HackLab de Barcelona) hiciera un comunicado de apoyo. Si la fe mueve montañas, la ayuda mutua y la solidaridad refuerzan la fe.

Llegó un día de 2011 en el que llamé a David, esta vez era yo el que tenía problemas: me estaban chuleando 10 días de permiso retribuido por paternidad contemplado en el convenio colectivo. Un ejemplo de la discrecionalidad con la que se trabaja en Fotoprix: en el contrato que te une a la empresa aparece que tu convenio colectivo es TABLA BARCELONA 2009 (01/2010). Puedes ver un detalle del contrato al pie de esta entrada.

A pesar de que la empresa no pone de su parte, y con la ayuda de algunos compañeros descubrí que las "TABLAS" del contrato se refieren al "Conveni col·lectiu de treball del Comerç i Importadors d’Articles Fotogràfics, Vídeo i So de la província de Barcelona", lo puedes descargar de aquí.

Asesorado por el Gabinete Loperena, comuniqué por escrito a la empresa mi intención de gozar de los días citados en el convenio. Entregué la carta el 23 de noviembre de 2011.

Se puede seguir la secuencia temporal de mi estado de ánimo: ese día (como la mayoría de los días) escuché At-Versaris de camino al trabajo y dije en el microblog

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23 de noviembre de 2011 - http://identi.ca/notice/85630803
Traducible por: Que No Es Un Recurso Literario O Indumentario, No Hay Ningún Mercenario Que Pare El Mensaje De Odio Del Precario De Itinerario Solidario Depositario Del Cambio Proletario

El día siguiente dije:

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24 de noviembre de 2011 - en - http://identi.ca/notice/85676663
Traducible por: el 100% de los compañeros de trabajo encuestados cree que hoy me pueden despedir por reclamar lo que dice el convenio colectivo. #FotoDespidos

Desde aquel 23 de noviembre de 2011 hasta el 27 de diciembre la empresa no me contestó, ni de palabra ni por escrito. Miedo, 24 días de miedo. 24 horas de 24 días de angustia y un hijo en camino. Vivir con el miedo a ser reprimido y despedido por el reclamo de tus derechos es una buena arma de control. El 27 de diciembre fui citado por el jefe del departamento de personal. Tras 45 minutos la posición estaba clara: la empresa no reconoce esos 10 días del convenio. Había la opción bajo mano. "Si tu, durante el próximo mes, te coges un día aquí, otro allí y una tarde libre, haremos la vista gorda". A mi eso no me convencía: formaba parte de su discrecionalidad. A mi me interesaba tensar la cuerda. ¿Qué derechos tenemos? la respuesta fue remitirme a la mediación de la magistratura de trabajo.

Para mi sorpresa y tras confrontar cara a cara la situación con el jefe de personal (que tenía clara mi intención de denunciar la vulneración de los 10 días), el 28 de diciembre del 2011 recibí un correo en el que se concedían mis peticiones. Tras este conato de conflicto sentí como me apuntaban en la lista negra, no tardarían en ir a por mi.

A partir de ese día salí del armario. Hice más proselitismo. Repartí panfletos. Pegué carteles de manifestaciones en el trabajo. Vestí con camisetas políticamente comprometidas. Me interesé por las condiciones laborales de los compañeros del almacén y tiendas. Participé en dos huelgas generales. Busqué compañeros con suficiente antigüedad para saber si la empresa hacía trampas con las absorciones y las actualizaciones de las tablas salariales. En resumen: empecé a montar una sección sindical en Fotoprix.

También perdí el miedo de dar la cara en el ámbito local de participación política -en mi pequeño grupo de afinidad antimilitarista- y volví a asumir uno de mis roles: ser portavoz de inquietudes sociales.

En FOTOPRIX es muy difícil vencer el miedo. Y a cada paso para adelante, dábamos 3 para atrás. Hacia finales de 2012 me planteé crear una sección sindical unipersonal. En parte me servía para cubrirme. Pero, aún respetando a quién opte por esa posibilidad, no me convencía: no quería una solución para mi. Aún así debía hacer algo: a mayor distancia del incidente de los 10 días del convenio, y habiendo salido del armario de los PADEFOS (PAso DE FOllones), mayor posibilidad de echarme sin relación con ello. Pero algo se puso de nuestro lado: la empresa finalmente empezó su traslado a una nave industrial en Sant Joan Despí.

Si la empresa cambia las condiciones unilateralmente (como en el caso de un traslado físico del lugar de trabajo) debe pactar las nuevas condiciones con la plantilla. Y en esas estábamos. Durante enero y mitad de febrero de 2013, hemos conspirado para iniciar los trámites con CGT para hacer una sección sindical. La empresa se enteró, y me echó el 19 de febrero.


Portafolio

  • Detalle del contrato laboral
  • Tarjeta lote navidad 2011
  • Tarjeta lote navidad 2012

[1A ver, por marciana me refiero a que hoy en día decir que una está influenciada por la cultura y la filosofía de la praxis marxista es como ser un extraterrestre. No vamos a renunciar a nuestras ideas, pero seamos realistas: ¿Cuantos de vosotros recordáis haber visto por la TV la caída del Muro de Berlín?

Por otra parte me refiero al lafarguismo como al ’Derecho a la pereza’ obra escrita por Paul Lafargue

[2nota técnica: este enlace te envía a una búsqueda en google incrementando los parámetros discriminatorios. si haces click en el link del único resultado, no llegarás al sitio que aparece con una URL en verde. acabarás en otra web, la del Grup Antimilitarista Tortuga. se trata de un artículo virtual de la web ’con la URL verde’ -ver imagen

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es una de las funcionalidades de este magnífico software llamado SPIP. puedo aclararte más detalles si lo precisas.